A una hora y algo de salir de la estación de Chamartín (Madrid), llegué a Ávila y me hospedé en este hermoso hotel Palacio de los Velada, uno de los tantos palacios de las familias de bien que Ávila conserva tan bien como tantos otros edificios medievales…
Finalizado el curso a eso de las 18hs nos fuimos a caminar por la ciudad con Carlitos (mi compañero andaluz, nuestra guía oficial del viaje a Córdoba!). Salimos fuera de la parte amurallada para poder disfrutar del tan lindo paisaje que se ve desde afuera… la muralla, sus torres, y sus 9 puertas…
Curso, curso, curso, curso, y a mitad de semana la empresa organizó una salida turística pero en grupos, y con un coach que nos dio un GPS para ir buscando distintos lugares donde encontraríamos enigmas que resolver, todos relacionados con la historia de la ciudad de Ávila… Como la mayoría de ellos no los sabíamos, terminábamos siempre preguntándole a los lugareños, como es este caso…
Subimos a la muralla para tener una vista mas amplia de la ciudad…
En medio del juego tuvimos un misterio que resolver muy muy duro… tanto que recurrimos a un descanso y unas cañitas motivadoras, jejeje
Es increíble las tapas y los pinchos que te ponen en Ávila cada vez que pedís una cañita (un mínimo vasito de cerveza…) La comida que te dan como “acompañamiento” de la cerveza es tan abundante, que pasé de la cena… (obviamente a las 12 de la noche me empezó a picar el bagre otra vez… desajustes de las nuevas costumbres…)
Terminamos el juego en la puerta principal de la ciudad…
Fue muy positivo: caminamos la ciudad, conocimos parte de su historia y de sus mitos, y nos conocimos entre nosotros: Pepe – de Sevilla – Oriol – de Mallorca – Raquel – de Vigo – El francés que está de intercambio y no me acuerdo el nombre – y otros…
Última mañana en Ávila… Amanecer desde la ventana de mi habitación.
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