viernes, 19 de junio de 2009

13 de junio - UN AÑO EN MADRID

Mi despedida en casa. Buenos Aires, junio 2008



Hace un año que llegué al aeropuerto de Barajas con todas mis cosas en 3 valijas, con toda la nostalgia de haber dejado muy lejos mi gente y mi país, y con muchas muchas ganas de empezar a vivir mi sueño de formar parte de esta hermosa ciudad de Madrid.
Hace un año que me hice re amiga de Flor y que me enamoré de Joan. Y conocí a Ine, Pablo, Papacho, Viri, Nati, Juan, Mariu. Y vi llegar a Jack, Leo y Rodri con mis mismas ganas…
Me llené de argentinos a mi alrededor, y me aferré mucho a ellos. Creo que todos nos aferramos.
Hace un año que empecé a vivir sola con la ayuda de Ine y Vivi (mis compañeras de piso) y de Flor y Joan, mis fieles consejeros de vida española.
Hace un año que estaba esperando ansiosa a Jack para que empecemos a dar juntos cada paso, pasos que fueron divertidísimos y algunos otros duros… Hubo de todo.
Hace un año que tuve que empezar a hacer mis compras, limpiar mi casa, cocinar mi comida, pagar mis impuestos, despertarme sola sin que papá me llame, y salir a buscar la toalla desde la ducha porque no estaba mamá para alcanzármela. Creo que hace exactamente un año crecí de golpe.
Pero por suerte no estuve tan solita en este vertiginoso proceso. Nada hubiera sido posible sin la ayuda de toda esta gente que mencioné. Joan me cocinó (tanto que me conquistó), Flor me trajo corriendo sus medicamentos cuando me enfermé y se quedó al lado mío cuando me sentía lejos de todo (y me hizo reír cuando lloré), Ine me acompañó a hacer las compras y me enseñó como limpiar y por donde, Vivi se encargó de pagar todos mis impuestos, y Viri de bancarme mis primeras dudas de la auditoría a la española… Por suerte también hubo colaboración local: David me fue a buscar al aeropuerto, Carlitos me acompañó durante todo mi primer día de trabajo y Jose (el novio de Vivi) me compró y me instaló el ventilador en mi cuarto. Con toda esta ayuda empecé a vivir mis días de “residente en España”.
Pero los días pasaron y cada vez me fui sintiendo más ARGENTINA. No solo fui notando lo positivo de vivir aquí, sino que también me fui decepcionando con algunas cosas. Y empecé a sentir cada vez más la nostalgia por todo lo que tenía allá lejos, en casa.
Pero no quiero ponerme a hablar de lo mejor y lo peor de vivir aquí. Lo bueno se ve en las fotos, y lo no tan bueno me lo guardo para otro momento. Además, a pesar de las cosas negativas que he encontrado en el camino, España me está permitiendo cumplir varios sueños, así que toda la vida le voy a tener mucho cariño por eso.
Lo que me gustaría repasar son las cosas a las que me he adaptado a la vida española en este año, y a cuales no. Cuales de ella me gustan, y cuales se me pegaron contra mi voluntad. Ahí van:
1) Sigo diciendo “salud!” en lugar de “Jesús!” cuando alguien estornuda. {“salud te deseo” me parece mucho más amable que “Jesús me proteja”}
2) Ahora digo “mi cuarto”, “mi piso”, “quitar”, “pereza”, “tomar unas cañas”, “quedamos en la estación tal”… {sólo porque estas palabras me gustan más}
3) Digo “coger el bus”, “el metro”, “maletas”, “perdona”, “tú”, “wifi”, “pasta” {sólo porque me cansé de explicar lo que quería decir cuando decía tomar el colectivo, el subte, valijas, disculpame, vos, (güifi), plata…}
4) Sigo buscando mesa o cualquier lugar donde sentarme cuando entro a un bar. La onda española de comer y tomar parados no me va.
5) Sigo llegando tarde a todos lados, cuando acá son muy puntuales en todo.
6) A veces digo “vale”, porque me sale. A veces digo “joder!” porque me gusta. Lo que me encanta y todavía no se me pegó es decir “Esto mola!” (esto está re bueno!) o “que fuerrrrte!” (no me digas!!!).
7) Le pongo el adjetivo “puto” a todo lo que no me guste o que simplemente quiero enfatizar: el puto autobús que no viene, los putos precios de los aviones que no bajan, la puta calle, etc {esto es totalmente involuntario, pero divertido!}
8) Me olvidé de “la concha de…” Como acá no significa nada, ya no tiene gracia.
9) Sigo diciendo “gracias” y “permiso”, aunque acá no sea una buena costumbre.
10) Uso “he ido”, “lo he visto” y demás, porque me suena mejor.
11) No uso “vosotros” porque no me gusta, y además no se cómo y cuando se usa.
12) Nunca dije ni diré “me la suda!” o “que le den!”. Son expresiones de desprecio que me suenan muy muy fuertes.

En fin, supongo que si sigo pensando me acuerdo de muchas más cosas. O que si leen esto mis compas argento-emigrados se le vendrán otros ejemplos a la cabeza.
En conclusión, a un año de haber llegado, estoy FELIZ por lo conseguido, por lo vivido, por lo que queda… y porque pronto voy a volver a casa.
;)


Amigos viajeros. Berlín, mayo 2009


Dos de mis sueños cumplidos: La tomatina, y el amor!!! Agosto 2008

Mi reencuentro con mi lugar preferido en el mundo: La plaza de Cibeles, Madrid
(atrás: la puerta de Alcalá y el Palacio de Comunicaciones)
Junio 2008

"Cuando tú deseas algo profundamente, todo el universo conspira para que lo consigas" - Paulo Coelho (El Alquimista)